Otro mes más, o menos, aquí me tienes con los libros que he leído y un breve apunte para guiarte en su lectura. La intención de estas publicaciones es animarte a leer, así que no haré spoilers y me limitaré solo a comentar qué me ha parecido en general cada obra. Este mes ha sido especialmente productivo y, como ves, he leído ocho libros. Pero no te dejes engañar, la mayoría son relativamente breves. Quitando El último deseo y El imperio final, los demás a duras penas sobrepasan las doscientas o trescientas páginas. Por último, recordarte que mis calificaciones van más orientadas a cuánto creo que en general va a gustar la obra que a su calidad en sí, aunque por supuesto son factores íntimamente relacionados.

El último deseo, Adrzej Sapkowski ★★

Empecé el mes con mal pie, no te voy a engañar. Aprecio la intención de querer dar un girito a los cuentos tradicionales pero, en general, me parece una novela pobre que se recrea de forma muy incómoda en el físico de sus personajes femeninos. Si has visto la serie de Netflix y te interesa mucho profundizar puede que te llegue a gustar… Pero en serio, hay escenas muy desagradables que tampoco es que vengan muy a cuento.

En fin, novela de género con una perspectiva de género rancia y caduca. Nada nuevo bajo el sol.

Cicatriz, Sara Mesa ★★★★

Hoy justamente he tenido el club de lectura Chatnuá sobre este libro. Como siempre, te animo a apuntarte a sus clubes virtuales mensuales ya que se crean ambientes y debates muy agradables e interesantes.

Respecto al libro, pues no decepciona. De Mesa ya he leído Un amor y este sigue la misma trayectoria. O, mejor dicho, Un amor sigue la trayectoria de Cicatriz pues es cinco años anterior. Creo que es una buena novela de cierto realismo sucio y sórdido, con personajes impenetrables y una narración correcta y fría. No es un libro agradable pero es que no pretende serlo.

Si me preguntas, te diré que leas Un amor pues los cinco años que los separan se notan en las tablas de la autora, pero no es una mala lectura posterior.

La jajajada, David Viñas ★★★

Bueno, de este hice una reseña así que si quieres un poquito más de información sobre lo que me ha parecido pues ahí lo tienes. Viñas es un autor enérgico, vibrante, y en su primer libro nos trae una refrescante visión sobre la soledad, el amor y esto de vivir en el late capitalism. Además es amigo mío, comprad su libro que está muy bien.

Un poco de tu leche, Lara Losada ★★★

Bueno, qué libro, madre mía. No me pagan por la promoción pero lo adquirí, junto al anterior, en el pack colección 2019 de esa pequeñísima editorial llamada en el mar. Los otros tres libros no los he tocado, no te voy a mentir, pero estos dos son estupendos y sorprendentes, échale un ojo a su catálogo que creo que tienen cosas interesantes.

Pero hablemos del libro. Nos encontramos el estreno como novelista de Losada y… Se nota. Los primeros compases de la narración son, quizá, demasiado confusos y se apoyan demasiado en la segunda mitad de la obra. En cualquier caso, es innegable que es una novela que da muestras del potencial de su autora. A ver si le echo un ojo a sus poemarios.

En fin, es una novela dura y dolorosa, que pese a sus fallos cumple con dignidad. Habrá que seguirle la pista a Losada, sin duda.

Carmilla, Sheridan Le Fanu ★★★★

Este ha sido una sorpresa. Llevo dos meses diciendo que no me gusta el género de terror y no paro de leer cositas de susto que me están encantando. Como es la novela del club de lectura que organizo para unos amigos no quiero decir mucho para no influenciarles pero sí que puedo decir que es una novela muy agradable de leer y que pese a ser «la hermana pequeña» de Drácula no deja de ser interesante. Mención especial a las estupendas ediciones ilustradas que han aparecido últimamente.

El origen de la tragedia, Friedrich Nietzsche ★★★★★

Ya sabes lo que digo siempre: si lee a Nietzsche no te lo folles. La cosa es que yo no había leído a Nietzsche y esa regla la basaba en la observación empírica (como la desconfianza que me suscitan los hombres que usan fedora) y pensé que era un buen momento para ver qué leches tenía Nietzsche para que, sistemáticamente, sus fans sean gilipollas.

Creo que lo he descubierto. Nietzsche es… Bueno, es muy bueno. ¿Cómo no iba a serlo? Pero eso no responde a la pregunta. El problema que tiene, creo, es que además de ser muy bueno es fácil que sea empleado para justificar, o incluso glorificar, los rasgos más terribles de una persona. Porque si «únicamente como fenómeno estético puede justificarse eternamente la existencia del mundo»1 entonces, partiendo de su dicotomía apolíneo-dionisíaca, todo lo social, todas las cristalinas y luminosas construcciones de Apolo como la moral o el orden no son más que puertas en el inclemente campo de la existencia.

Vamos, que si te descuidas es un poco vía libre para ser un cabrón. En cualquier caso estoy seguro de no haberle entendido porque soy un pobre inculto y no he leído casi nada de Platón así que… Pero está chulo, me ha dado ganas de leer tragedias griegas y a Shakespeare. Tragedias griegas ya he leído alguna así que me decidí por el bardo de Avon y eso nos lleva a la siguiente obrita.

Macbeth, William Shakespeare ★★★★★

Qué cabrón el guiri este. Pues sí que escribe bien. Me compré la edición que tiene Penguin de todas sus tragedias porque es barata y así tengo a manos casi todos sus «hits» y la verdad es que ha sido una buena inversión. Empecé por Romeo y Julieta pero Romeo es insufrible y decidí dejarlo para más adelante, así que recalé en Macbeth.

No sé si es una buena introducción en Shakespeare, pero desde luego lo ha sido para mí.

El imperio final, Brandon Sanderson ★★★★

Si los fans de Nietzsche tienden a ser gilipollas, los de Sanderson tienen una marcada inclinación a ser un poco pesados.

Oh, Sanderson, segunda venida de cristo de la fantasía, salvador de la literatura de género, fénix de los ladrillos.

Ya hablando en serio. He leído un par de cosillas de este señor (el lamentable Steelheart y la inocente y carismática Elantris, su primera novela) y debo decir que El imperio final me ha gustado. Me ha gustado como me gustan las películas de Marvel: son productos redondos, hechos con la solidez y frialdad industrial de un plato de Ikea. ¿Dónde vemos esto con más claridad? En los sucesivos tutoriales de la magia, en los periódicos recordatorios sobre de qué va la trama (muchas veces usando al boca de los personajes como altavoces del narrador), la precisión mecánica en que los giros caen donde deben, cuando toca… En fin, es una novela que se ajusta a todos los trucos de eso que se ha venido a llamar «escritura creativa». Una novela bien construida pero la que le falta fondo, alma. La obra de un artesano de la palabra que conoce su oficio.

Respecto a la calificación, le doy cuatro estrellas no por su calidad sino por su accesibilidad. Valoro enormemente una obra como esta, que pueda enganchar y embaucar a su público. Que atraiga y ate a lectores que puede que estén empezando la afición por leer o que estén volviendo tras un tiempo.

Conclusión y cierre

Miro atrás y no puedo más que sentirme orgulloso. He leído mucho y bueno. He hablado de estos libros y he escrito sobre ellos. ¿Qué más puedo pedir? Qué va a ser: más libros. Ya tengo empezado alguno, mientras otros descansas en la mesilla esperando su turno. También sigo disfrutando del cine italiano, ahora que vuelvo a tener Filmin. Cómo me gusta, a veri si retomo el italiano.

En fin, aquí me tendrás próximamente con más reseñas y reflexiones. Un besito.

P.D.: Hoy es domingo, no te olvides de cenar algo rico y caliente.

P.P.D.: La imagen de cabecera es de stock. Sí, tengo que trabajar ese tema.

1Nietzsche. (2020). El origen de la tragedia. Barcelona: Austral. Página 71, casi al final.